En varias ocasiones, el ex presidente Donald Trump se ha jactado de la rapidez con la cual se desarrollaron vacunas contra covid-19 durante su administración.
Sin embargo, en la campaña electoral para conseguir otro mandato en la Casa Blanca, Trump ha criticado el uso de esas mismas vacunas.
En octubre, por ejemplo, desató una ola de ataques contra Ron DeSantis en las redes sociales al relacionadas con la estrategia del gobernador de Florida durante la pandemia. Trump acusó a DeSantis, quien compite contra él para representar al partido republicano en las elecciones presidenciales de 2024, de ser demasiado activo a favor de la vacunación en su estado.
Y, en un giro inesperado, Trump hizo circular simultáneamente un sugiriendo que DeSantis no estaba vacunando lo suficiente a los residentes de la Florida.
Los vaivenes de Trump, que promociona el éxito de la “Operación Warp Speed” en el desarrollo de vacunas y al mismo tiempo critica su uso, es emblemático de cómo la politización de la pandemia sigue influenciando el discurso alrededor de las vacunas.
Los otros aspirantes republicanos a la presidencia también usan el argumento de las vacunas para cortejar a los votantes, aunque hayan salvado millones de vidas.
Al igual que Trump, incluso los candidatos más conservadores no han podido eludir las tendencias antivacunas de la base del partido. Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, que ha estado subiendo en las encuestas, estaba a favor de las vacunas en los últimos días del gobierno de Trump.
Pero a fines de noviembre de 2021, en una entrevista con Christian Broadcasting Network, repitió falsas afirmaciones, por ejemplo que las vacunas podrían impactar en la fertilidad de las mujeres. (Estudios científicos no han demostrado ).
El partido republicano se ha ganado la lealtad de “una minoría con opiniones fuertes acerca de la seguridad de las vacunas”, dijo a JFF Health News Robert Blendon, profesor de salud pública de la Universidad de Harvard. Los candidatos presidenciales están usando esta postura como “una cuestión cultural” para señalar la desconfianza en los científicos, otros expertos y la autoridad gubernamental en general, agregó.
La dinámica resultante podría impactar más allá del ciclo electoral, y afectar la política de salud pública en los próximos años. Esto derivaría en tasas de vacunación más bajas para enfermedades como el sarampión, el herpes zóster y el VPH entre los niños en edad escolar y las personas mayores.
Pero incluso cuando los candidatos intentan manipular este discurso, no han podido superar al ex presidente.
Según una que preguntó a adultos si se iban a vacunar contra la gripe, el virus respiratorio sincitial (conocido como RSV) y covid, el partidismo siguió siendo un predictor clave de cómo la gente ve las vacunas.
La confianza en la seguridad de las vacunas actualizadas de covid se divide en líneas partidistas: más de 8 de cada 10 demócratas dicen que confían en las nuevas vacunas, en comparación con 1 de cada 3 republicanos.
Pero la inquietud por covid o las vacunas no es la principal preocupación de los votantes en las elecciones primarias presidenciales. Blendon dice que la situación en la frontera con México, el crimen y la inflación son temas más presentes, y no está claro que los ataques enfocados en las vacunas perjudiquen a Trump.
“No me gustó su respuesta al covid”, dice el propietario de un negocio de Iowa en publicado por un comité de acción política bien financiado que cuestionó el manejo de la pandemia por parte de Trump. “Pensé que seguramente se dejó guiar por los burócratas”, agrega el hombre, al tiempo que critica a Trump por hacer alarde del desarrollo de la vacuna y lo compara desfavorablemente con ciertos gobernadores que en su opinión se desempeñaron mejor contra el covid. (Aunque no se lo menciona por nombre, el anuncio invoca imágenes de DeSantis).
¿El resultado? El anuncio produjo “una respuesta negativa”, y en un sondeo con grupos de enfoque, aumentó el respaldo al ex presidente, según un que resume los intentos del comité de acción política de frenar el avance de Trump.
Los votantes tienen opiniones fuertes pero divididas y a veces inconsistentes. Algunos, como Joshua Sharff, que tiene 48 años y vive en Chesapeake, Virginia, se oponen a las vacunas contra covid y a los candidatos que las califican como seguras y eficaces.
Sharff se describe a sí mismo como un votante conservador que va a apoyar al candidato republicano. Aunque está vacunado, dijo: “Si eres gobernador o presidente y me dices que tengo que ponerme una vacuna que no ha sido probada y que ignora la ciencia, eso es un problema para mí. Me estás quitando mis libertades como ciudadano estadounidense”.
Esto ha alejado a Sharff de Trump y lo ha acercado a DeSantis, que ha promovido posturas antivacunas y anti-salud pública en su campaña para la nominación. Trump “impulsó mucho la vacuna, y cuando empezó a recibir críticas por eso, dijo que fue culpa de otra persona”, dijo Sharff. “Eso no es cierto.”
Para otros votantes republicanos, la vacuna no es un factor clave. “No influirá en la dirección de mi voto”, dijo Kimberly Hunt, que tiene 59 años y vive en Melville, Tennessee.
Para tratar de atraer a estos votantes, algunos candidatos se están distanciando de sus posturas iniciales a favor de las vacunas y adoptan abiertamente la postura opuesta. Vivek Ramaswamy, un empresario de biotecnología, comenzó como un fuerte defensor de las vacunas. Pero luego dio un giro y se manifestó en contra de los mandatos de vacunación, diciendo este verano que se arrepentía de haberse vacunado. (Su esposa que es doctora dijo que ).
El más expresivo de todos es DeSantis.
En su aparición en el programa de derecha , DeSantis atacó a Trump y “el pantano médico corrupto de Washington, DC” por promover excesivamente una vacuna que, a pesar de las pautas iniciales del gobierno federal, no previene la infección o la transmisión del covid. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) la vacuna para todas las personas de 6 meses en adelante para protegerse contra síntomas graves.
Aunque al principio de 2021 alentó a la gente a vacunarse, DeSantis dio un giro meses después, aprobando una ley que en el estado. Ese otoño, también nombró a un de Florida, el doctor Joseph Ladapo, cuyas contradicen las de los CDC. DeSantis estableció un para evaluar y, en general, cuestionar las pautas de salud federales.
En septiembre, cuando los CDC publicaron recomendaciones actualizadas para las vacunas, Florida respondió con , arrojando dudas sobre la seguridad de los nuevos refuerzos contra covid.
Este posicionamiento antivacunas no ha ayudado a DeSantis. Ha perdido apoyo a nivel nacional y , por debajo de Haley y Trump, en New Hampshire, un estado clave para las primarias. DeSantis encabezó una asamblea pública en Manchester el 1 de noviembre, con Ladapo como invitado especial.
Entre los candidatos restantes, DeSantis puede ser el converso más famoso a la política antivacunas, pero Haley tiene más experiencia en el tema.
En la entrevista con Christian Broadcasting Network en 2021, dijo que “los Estados Unidos no hacen mandatos de vacunas”. Pero esta contundente declaración llega después de una larga trayectoria de posturas ambivalentes y, para los críticos, demuestra su disposición a adaptarse a las demandas de la base republicana. Como legisladora estatal, Haley apoyó una ley de 2007 que incluía el mandato de vacunar contra el VPH pero después votó en contra. Luego, como gobernadora, vetó un esfuerzo para promover esa misma vacuna.
Bakari Sellers, un ex-legislador que encabezó ese proyecto de ley y que ahora es comentarista de CNN, dijo a ýҕl Health News: “Ese es el mayor problema de Nikki Haley, que siempre sigue la corriente”.
La cuestión de las vacunas podría afectar las elecciones generales: aunque Trump defiende su narrativa sobre las vacunas, está claro que cuenta con el apoyo de los antivaxx. Según un análisis de , por ejemplo, Trump comparte donantes con el candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr., que se opone firmemente a las vacunas.
El hecho de que los políticos estén dispuestos a atacar algo que tradicionalmente se consideró un logro fundamental de la salud pública probablemente genere problemas para los profesionales médicos. Allison Ferris, doctora de atención primaria y profesora asociada de Florida Atlantic University, dijo que la gente debería escuchar a sus doctores y no a los candidatos presidenciales al momento de decidir si recibir las vacunas contra covid. Pero ese mensaje es difícil de transmitir en el clima político actual.
“Es una posición difícil”, dijo Ferris, coautora de una para profesionales de salud sobre las nuevas vacunas. Ferris aconseja que los doctores le comuniquen a sus pacientes que la vacunación frecuente contra covid probablemente se convertirá en una necesidad.